La Sessió del Senat ahir dia 23 de juny va ser intensa i mediàtica, especialment per la moció presentada pel PP "por la que se insta al Gobierno a realizar las reformas legales y reglamentarias necesarias para prohibir el uso en espacios o acontecimientos públicos que no tengan una finalidad estrictamente religiosa, de vestimentas o accesorios en el atuendo que cubran completamente el rostro", moció que un acord al darrer minut entre PP, Ciu i UPN seria aprovada després d'un intens debat. Per la tarda es discutí aprovà la presa en consideració de la proposició de la "Ley Orgánica de modificación de la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional. (Autors: Grups Parlamentarios Entesa Catalana de Progrés i Català en el Senat de Convergència i Unió)", destacant l'exccel.lent discurs de Isidre Molas.
Entre aquests temes d'interés especial, a final del matí es discutí l'anomenat "Llei de ports", una llei que al Senat ha estat tramitada per la via d'urgència i ha tingut en tot moment la complicitat inèdita del PP i del PSOE, amb la voluntat clara de centralitzar les competències als ports.
Com que els arguments que podia donar a la Cambra poc podien interessar la senadors i senadores, ja que la llei estava beneïda tant per la dreta com per l'esquerra espanyola, així que vaig optar per parlar inicialment d'INDEPENDÈNCIA. Podeu llegir copia de la meua darrera intervenció del Diario de Sesiones, IX Legislatura, núm 85 que ha esta publicat avui mateix:
“Como sabrán, hasta el pasado domingo, en Cataluña, 536 693 ciudadanos catalanes y catalanas han votado a favor de la independencia de Cataluña:
¿Se han preguntado cómo es posible que, hoy por hoy, según el barómetro de El Periódico de Cataluña del pasado sábado, casi la mitad de los catalanes rompería con España?
¿Que los partidarios de la independencia llegan al 48 % y ganarían la consulta por 13 puntos?
¿Se han preguntado por qué el 10 % de los votantes del Partido Popular votarían hoy a favor de la independencia, así como el 35 % de los votantes socialistas?
¿Se han preguntado por qué para muchos catalanes España es un mal negocio para Cataluña, conclusión a la que están llegando cada vez más catalanes, y que en el último año el porcentaje de catalanes que rompería con España ha crecido en 9 puntos?
Señorías, el resultado de las votaciones y del proyecto de ley que hoy debatimos en el Senado son un ejemplo didáctico, pedagógico de la creciente desafección de Cataluña hacia España. Señorías, en relación con el proyecto de ley de modificación de la Ley 48/2003, de 26 de noviembre, de régimen económico y de prestación de servicios en los puertos de interés general, empezaré por el final diciendo, contrariamente a la afirmación del ministro de Fomento, don José Blanco, que no es una ley de consenso, es una ley de mayorías centralistas; una ley en la que en el Congreso se dio el caso insólito de contar con 415 enmiendas suscritas conjuntamente por el Grupo Popular y el Grupo Socialista; una ley que en el Congreso fue definida por el resto de los grupos marginados por la negociación y por el pacto de los dos grandes partidos como una auténtica LOAPA portuaria: el neojacobinismo de los dos grandes partidos españoles, la España radial, la visión centralista frente a la periferia se ha demostrado en esta ley.
En tan solo ocho días se aprobará un proyecto de ley que ha tardado nueve meses en el Congreso. El modelo que proponen es decidir desde el centro, aumentar la coordinación y el control de puertos del Estado, mediatizar cualquier decisión autónoma y frenar la competencia entre puertos. Con la modificación que hoy se nos propone, se pretende controlar todo desde la capital del reino, no solo el proceso de toma de decisiones fundamentadas por parte de estos órganos, sino también tutelar la cooperación entre los distintos puertos, olvidando que básicamente los puertos deben competir entre sí. Esta ley en relación con al existente es una ley más centralizadora, bipartidista y corporativa.”
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