Fou el 27 d’abril del 1959. Un incendi de la xemeneia del gasòmetre provocà una psicosis i alarma de tota la població. Sense cap mena de pla municipal, el rumor boca-orella va correr per tota la població, començant per la mateixa fàbrica en que bona part dels treballadors per por a una gran explosió abandonà el seu lloc de treball i cames ajudeu-me... De tot plegat, esmento dos documents que, tot i la censura informativa de l'època són prou eloquents:
“La actitud irresponsable y demostrativa de falta de entereza y espíritu cívico de algunos productores creó una situación de alarma y pánico en la fábrica totalmente infundados por los provocadores de la alarma, quienes fueron severamente amonestados por la Dirección… Por el contrario merecieron de la propia Dirección y se les otorgó su felicitación a los elementos que, con su serenidad y sentido del cumplimiento del deber, permanecieron en sus puestos de trabajo y acudieron a tomar las mejoras conducentes del pronto arreglo de la intrascendente averia…”[1]
“La incertidumbre del peligro que se cernía a juzgar por el pánico sin rebozos de muchas personas que acudian presurosas a buscar a sus hijos... Todas nos daban espantosas notícias: que ardía esto, que explotaba aquello, y todas presagiando un dia de luto para esta localidad”.[2]
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