Avui el diari ABC a les pàgines 62 i 63 de l'edició de Barcelona ha facilitat un interessant article realitzat per la periodista Júlia Giribets després d'una entrevista del passat divendres. Pel seu interés transcric literalment l'article:
Descontaminando la imagen de FlixPOR JÚLIA GIRIBETS. TARRAGONA
Hay pueblos y ciudades que destacan por tener un entorno paisajístico peculiar, por sus bosques verdes o por cientos de cualidades que puede tener cualquier municipio. Flix es un caso peculiar ya que le han hecho famoso causas que no son precisamente obra de la naturaleza.
Este pueblo tiene un embalse, probablemente uno de los más conocidos de Cataluña por estar altamente contaminado desde hace décadas. A simple vista parece un tramo normal del río Ebro. Su agua no presenta ninguna alteración en el color ni textura; incluso en los días en que hace sol, la superficie brilla. Aparentemente es un embalse en buen estado.
El verdadero problema se encuentra bajo las aguas, en su fondo. Allí reposan casi un millón de toneladas de residuos tóxicos que el hombre ha ido vertiendo durante años, residuos procedentes de la fábrica Ercros, antigua Erkimia.
La presencia de industrias en Flix tiene su origen hace más de cien años, en 1897, cuando se instaló un conjunto de fábricas a orillas del Ebro, enfrente del pueblo. La falta de una ley ambiental que estableciera un límite en los desechos que se podían tirar al río, hizo que estas fábricas vertieran sus residuos al Ebro durante décadas sin pensar en las consecuencias ambientales que esto podría tener años más tarde.
En 1949 se construyó la presa hidroeléctrica de Flix, pero hasta el año 1996 no se produjo el primer episodio indicativo de que las cosas no se estaban haciendo bien.
Grave avería
La planta de cloroformo de Flix sufrió una grave avería, cosa que provocó el vertido de seis toneladas de cloro y, como consecuencia, se formó una nube tóxica que obligó a activar el plan máximo de emergencia exterior. Esto hizo que Flix se convirtiera en objeto de estudio, un procedimiento del que no se sacó agua clara hasta 2004. Y el peligro salió a la luz. Se detectó la presencia de diversos residuos procedentes de la industria en el cauce del río, que pusieron de manifiesto la existencia de una grave contaminación, tanto de metales pesados, como el mercurio y el cadmio, como de compuestos organoclorados persistentes. Esta acumulación era el resultado de la actividad de la empresa Ercros/Erkimia, que utilizaba el río para diluir los contaminantes que generaba.
«Ni los vecinos del pueblo ni yo mismo sabíamos que existía tal grado de contaminación», recuerda el alcalde de Flix, Pere Muñoz. «Además, me supo muy mal porque me tuve que enterar de la noticia por la prensa. No se nos informó de lo que estaba pasando», denuncia el primer edil.
La peligrosidad de los residuos industriales y la repercusión en los medios de comunicación suscitó una gran preocupación entre los responsables políticos y en la opinión pública y, muy especialmente, entre los habitantes de las comarcas del Ebro. El alcalde reconoce que «fue efectivo que todos hablasen de Flix, porque, de esta manera, conseguimos captar la atención de las administraciones catalanas y españolas para que intentasen poner remedio al asunto».
En ese momento se habló de una actuación inmediata, pero tal y como han ido las cosas, hasta la fecha el embalse sigue intacto. Reuniones, retrasos y trámites administrativos han hecho que, cuatro años después de que se hiciera público el grado de peligrosidad del embalse de Flix, aún no se haya procedido a su descontaminación. «Se ha tardado cuatro años en poner solución a un tema que se calificó de urgente», comenta Pere Muñoz, «pero entiendo que haya sido un proceso lento, porque se ha tenido que hacer todo con mucha precisión», justifica.
Ahora, por fin, ya hay fecha para intervenir. Será hacia el próximo mes de mayo. Las obras han sido adjudicadas a la Unión Temporal de Empresas formada por FCC Construcción y FCC Ámbito, que tendrán un plazo de 42 meses para su ejecución. Aun así, la restauración del embalse llega con un considerable retraso, ya que en un principio se anunció el año 2008 como fecha de finalización del trabajo.
Extracción de sedimentos
Se construirá un muro temporal para aislar los residuos contaminados del río y, posteriormente, se extraerán 800.000 metros cúbicos de sedimentos mediante una draga que los absorberá. Después, los transportarán hasta una planta de tratamiento donde serán clasificados y secados. Además, en la zona donde están ubicadas las fábricas se construirá un muro de unos 1.200 metros de longitud para proteger el margen derecho del embalse.
Pero no todo acaba aquí. Durante años, el embalse de Flix ha supuesto un grave peligro mediambiental y han sucedido varios episodios con consecuencias que hubieran podido ser muy graves. Hace un tiempo se analizaron ejemplares de mejillón cebra cerca de la desembocadura del río Ebro y se detectó que contenían niveles de DDT. Esta sustancia es un insecticida prohibido desde los años setenta, ya que su toxicidad se vincul a diversos tipos de cáncer. La fábrica Ercros de Flix dejó de producirlo hace más de 50 años, pero el compuesto se ha conservado todo este tiempo entre los residuos y se ha dispersado con los movimientos de los lodos.
Según constataron los científicos que estudiaron el caso, «los fangos se mueven río abajo, por lo tanto, el DDT y otros compuestos también lo hacen». Si esta sustancia entra en la cadena alimentaria, no se elimina, ya que se conserva en los organismos vivos.
Vida aninal contaminada
Otro estudio, que se presentó en enero de este año, constataba que la vida animal entre el embalse de Flix y la desembocadura del Ebro está contaminada a causa de los vertidos que Ercros, antigua Erkimia, había depositado durante años en el río.
El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, en un intento de tranquilizar a la población, explicó en su momento que se habían detectado «cantidades de mercurio en peces y en algunas aves, pero no hay peligro, ya que el agua está en perfectas condiciones». Aun así, se prohíbe consumir carpas y siluros de esta zona del río, ya que el mercurio es altamente peligroso para la salud humana.
Multa a la empresa
Una resolución judicial estableció que la empresa Ercros debía pagar una indemnización por haber estado vertiendo al río durante cinco años, entre 1988 y 1993, una cantidad de residuos superior a la que establecen los límites legales, que supondría un importante peligro para la salud humana y para la vida animal y vegetal.
Tres años antes, en 2003, cinco directivos de la empresa fueron condenados a seis meses de prisión y a pagar una multa de 30.000 euros por estos vertidos. Ercros recurrió esta sentencia alegando que «no hay pruebas periciales que acrediten tal acción». Todavía no se ha resuelto nada.
El alcalde sentencia lo ocurrido con unas palabras: «El nombre de Flix está manchado por todo lo que ha pasado. Pienso que a veces dicen «Flix» cuando deberían decir «Ercros». El pueblo no ha sido el que ha contaminado, sino la fábrica. Esto le hahecho mucho daño a nuestro municipio y, por supuesto, al medio ambiente. Esperamos que la limpieza del embalse sea un referente a nivel internacional y podamos limpiar tanto el pantano como la mala fama que se nos ha otorgado». Y es que la imagen de Flix está casi tan contaminada como sus aguas.
Este pueblo tiene un embalse, probablemente uno de los más conocidos de Cataluña por estar altamente contaminado desde hace décadas. A simple vista parece un tramo normal del río Ebro. Su agua no presenta ninguna alteración en el color ni textura; incluso en los días en que hace sol, la superficie brilla. Aparentemente es un embalse en buen estado.
El verdadero problema se encuentra bajo las aguas, en su fondo. Allí reposan casi un millón de toneladas de residuos tóxicos que el hombre ha ido vertiendo durante años, residuos procedentes de la fábrica Ercros, antigua Erkimia.
La presencia de industrias en Flix tiene su origen hace más de cien años, en 1897, cuando se instaló un conjunto de fábricas a orillas del Ebro, enfrente del pueblo. La falta de una ley ambiental que estableciera un límite en los desechos que se podían tirar al río, hizo que estas fábricas vertieran sus residuos al Ebro durante décadas sin pensar en las consecuencias ambientales que esto podría tener años más tarde.
En 1949 se construyó la presa hidroeléctrica de Flix, pero hasta el año 1996 no se produjo el primer episodio indicativo de que las cosas no se estaban haciendo bien.
Grave avería
La planta de cloroformo de Flix sufrió una grave avería, cosa que provocó el vertido de seis toneladas de cloro y, como consecuencia, se formó una nube tóxica que obligó a activar el plan máximo de emergencia exterior. Esto hizo que Flix se convirtiera en objeto de estudio, un procedimiento del que no se sacó agua clara hasta 2004. Y el peligro salió a la luz. Se detectó la presencia de diversos residuos procedentes de la industria en el cauce del río, que pusieron de manifiesto la existencia de una grave contaminación, tanto de metales pesados, como el mercurio y el cadmio, como de compuestos organoclorados persistentes. Esta acumulación era el resultado de la actividad de la empresa Ercros/Erkimia, que utilizaba el río para diluir los contaminantes que generaba.
«Ni los vecinos del pueblo ni yo mismo sabíamos que existía tal grado de contaminación», recuerda el alcalde de Flix, Pere Muñoz. «Además, me supo muy mal porque me tuve que enterar de la noticia por la prensa. No se nos informó de lo que estaba pasando», denuncia el primer edil.
La peligrosidad de los residuos industriales y la repercusión en los medios de comunicación suscitó una gran preocupación entre los responsables políticos y en la opinión pública y, muy especialmente, entre los habitantes de las comarcas del Ebro. El alcalde reconoce que «fue efectivo que todos hablasen de Flix, porque, de esta manera, conseguimos captar la atención de las administraciones catalanas y españolas para que intentasen poner remedio al asunto».
En ese momento se habló de una actuación inmediata, pero tal y como han ido las cosas, hasta la fecha el embalse sigue intacto. Reuniones, retrasos y trámites administrativos han hecho que, cuatro años después de que se hiciera público el grado de peligrosidad del embalse de Flix, aún no se haya procedido a su descontaminación. «Se ha tardado cuatro años en poner solución a un tema que se calificó de urgente», comenta Pere Muñoz, «pero entiendo que haya sido un proceso lento, porque se ha tenido que hacer todo con mucha precisión», justifica.
Ahora, por fin, ya hay fecha para intervenir. Será hacia el próximo mes de mayo. Las obras han sido adjudicadas a la Unión Temporal de Empresas formada por FCC Construcción y FCC Ámbito, que tendrán un plazo de 42 meses para su ejecución. Aun así, la restauración del embalse llega con un considerable retraso, ya que en un principio se anunció el año 2008 como fecha de finalización del trabajo.
Extracción de sedimentos
Se construirá un muro temporal para aislar los residuos contaminados del río y, posteriormente, se extraerán 800.000 metros cúbicos de sedimentos mediante una draga que los absorberá. Después, los transportarán hasta una planta de tratamiento donde serán clasificados y secados. Además, en la zona donde están ubicadas las fábricas se construirá un muro de unos 1.200 metros de longitud para proteger el margen derecho del embalse.
Pero no todo acaba aquí. Durante años, el embalse de Flix ha supuesto un grave peligro mediambiental y han sucedido varios episodios con consecuencias que hubieran podido ser muy graves. Hace un tiempo se analizaron ejemplares de mejillón cebra cerca de la desembocadura del río Ebro y se detectó que contenían niveles de DDT. Esta sustancia es un insecticida prohibido desde los años setenta, ya que su toxicidad se vincul a diversos tipos de cáncer. La fábrica Ercros de Flix dejó de producirlo hace más de 50 años, pero el compuesto se ha conservado todo este tiempo entre los residuos y se ha dispersado con los movimientos de los lodos.
Según constataron los científicos que estudiaron el caso, «los fangos se mueven río abajo, por lo tanto, el DDT y otros compuestos también lo hacen». Si esta sustancia entra en la cadena alimentaria, no se elimina, ya que se conserva en los organismos vivos.
Vida aninal contaminada
Otro estudio, que se presentó en enero de este año, constataba que la vida animal entre el embalse de Flix y la desembocadura del Ebro está contaminada a causa de los vertidos que Ercros, antigua Erkimia, había depositado durante años en el río.
El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, en un intento de tranquilizar a la población, explicó en su momento que se habían detectado «cantidades de mercurio en peces y en algunas aves, pero no hay peligro, ya que el agua está en perfectas condiciones». Aun así, se prohíbe consumir carpas y siluros de esta zona del río, ya que el mercurio es altamente peligroso para la salud humana.
Multa a la empresa
Una resolución judicial estableció que la empresa Ercros debía pagar una indemnización por haber estado vertiendo al río durante cinco años, entre 1988 y 1993, una cantidad de residuos superior a la que establecen los límites legales, que supondría un importante peligro para la salud humana y para la vida animal y vegetal.
Tres años antes, en 2003, cinco directivos de la empresa fueron condenados a seis meses de prisión y a pagar una multa de 30.000 euros por estos vertidos. Ercros recurrió esta sentencia alegando que «no hay pruebas periciales que acrediten tal acción». Todavía no se ha resuelto nada.
El alcalde sentencia lo ocurrido con unas palabras: «El nombre de Flix está manchado por todo lo que ha pasado. Pienso que a veces dicen «Flix» cuando deberían decir «Ercros». El pueblo no ha sido el que ha contaminado, sino la fábrica. Esto le hahecho mucho daño a nuestro municipio y, por supuesto, al medio ambiente. Esperamos que la limpieza del embalse sea un referente a nivel internacional y podamos limpiar tanto el pantano como la mala fama que se nos ha otorgado». Y es que la imagen de Flix está casi tan contaminada como sus aguas.
JÚLIA GIRIBETS
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